domingo, septiembre 03, 2006

Informe de gobierno: ¿dos victorias?


La amenaza estaba hecha desde hace días atrás: el PRD debería impedir que Vicente Fox pronunciara su sexto y último informe de gobierno. Fue así como llegó el día primero de Septiembre. San Lázaro se vestía de un halo de incertidumbre y desde la mañana se comenzaron a gestar pequeños actos violentos que, por fortuna, no pasaron a mayores. El recinto legislativo estaba resguardado por la policía como medida preventiva ante el posible ataque de las huestes de López Obrador. Los diputados del PAN y la población en general se preguntaban qué es lo que iba a pasar, ¿sería cierto que los de la izquierda impidieran el discurso que año con año el presidente de la nación hace para rendir cuentas de su gobierno? Claro que lo fue. En cuestión de minutos, un poco antes de las siete en punto, el discurso del coordinador de los senadores, Carlos Navarrete, del Partido de la Revolución Democrática se llevó a cabo y entre sus palabras los ánimos comenzaron a aumentar a tal punto que los diputados y senadores se subieron tomaron la tribuna, advirtiendo que no se irían a menos que la seguridad que estaba afuera se retirara.

Vicente Fox, como lo marca la constitución, entregó su informe escrito y dio la media vuelta, regresándose a la residencia oficial de Los Pinos. Es ahí cuando uno se pregunta quién ganó. Primero que nada, es obvio que aquí no deberían de verse vencedores ni vencidos, pero la realidad es que así se ha estado manejando desde hacía mucho tiempo. Inevitablemente las dos partes celebrarían: los simpatizantes de Obrador vitorean la victoria ya que impidieron al presidente dar su informe. Yo eso lo veo como una victoria para los enemigos de la democracia y la paz. Hay muchas maneras de manifestarse, pero llegar a tal punto me parece algo vergonzoso. Si bien el informe era tedioso, demagogo e incluso estúpido, esos legisladores no tenían derecho de secuestrar este acto. ¿Pero qué se le iba a hacer si esto era inevitable? Muchos dicen que hubiera sido mejor que Fox usara la fuerza, pero de este modo el presidente quedaría como el opresor que los perredistas creen que es. No creo que la visión de ese grupo importe mucho, pues Vicente es hoy por hoy un político con un enorme nivel de aceptación, uno de los más altos en América Latina cabe destacar. Más bien pienso que Fox estuvo a la altura de la situación de su cargo: no sólo no provocó a los del sol azteca, sino que se retiró dignamente a su lugar de residencia para después emitir en cadena nacional un pequeño informe. No actuó de manera intolerante como los del PRD, sino todo lo contrario. Dio muestra de una inteligencia que ni le conocíamos (o por lo menos la de algún asesor), de respeto – de lo que carecen los de la izquierda – y sobre todo de cordura. Al final a eso de las nueve de la noche habló ante todos en santa paz.

En el Zócalo los simpatizantes de López Obrador gritaban a los cuatro vientos su supuesta victoria. Piensan que dejaron al presidente en ridículo, y quizá lo hicieron, pero en su extraña y mórbida mente. Quien se ponga a analizar con calma se dará cuenta de que los opresores son otros. No se necesita un ejército para quitar la libertad, con una persona que transgreda la ley y la convivencia civil se está robando la libertad. Y dentro de este esquema victorioso de la izquierda me pregunto yo, ¿qué pasó con todos esos simpatizantes? Quisiera yo apelar a la cordura de López y sus seguidores que ni se dignaron a marchar al congreso como lo habían anunciado. Más me parece a mí que día con día el movimiento se radicaliza y los adeptos se pierden, porque no todos son tan extremos. Y en un par de años quizá la gente ni se acuerde de aquella oscura tarde de Septiembre en que el PRD secuestró el pleno, pero sí tendrán en su memoria las acciones que este partido perpetró después de las elecciones del dos de Julio. Pues este partido pasará a la historia como el grupo de gente que cuando no estaba de acuerdo con la democracia argumentaba incoherencias para poder decir que el poder debía ser única y exclusivamente de ellos, como el grupo que bloqueó una de las arterias principales de la capital mexicana. Es por eso que el Partido de la Revolución Democrática debe replantearse el hecho de cómo estar. Porque me da vergüenza y asco la imagen que esa gente extremista da. ¿Queremos que intolerantes nos representen, aquéllos que sólo acatan la ley cuando les es favorable? Yo no quiero eso. El PRD nació como un partido de izquierda legítimo que luchó en contra del fraude electoral de 1988, que luchó por la libertad y por su ideología. Ahora no es más que un circo. Me parece patético que en este país no exista una opción viable de izquierda.

Lo más gracioso del caso es que Vicente Fox se puede retirar tranquilo a su rancho, pensando en que actuó de la mejor manera y que muchos se lo celebraremos. No es cuestión de partidos, es cuestión de cordura y de sentido común. Yo no soy ni seré panista, pero sí seré alguien que sepa reconocer cuando un político actúe bien, y en este caso Fox lo hizo. Quizá las cosas se le salieron de control durante su sexenio, y se lo podemos reprochar, pero demostró mesura e inteligencia cuando debió de hacerlo.

Ahora me pregunto yo qué pasará. Ya sabemos que los fanáticos del sol azteca no aceptarán a Felipe Calderón como presidente, aunque legítimamente lo sea. ¿Obrador se convertirá en el líder de la oposición o será sólo una sombra del populismo y la demencia?

Sobre mí­

  • En teorí­a soy Cronos
  • Proveniente de la Ciudad de México, Mexico
  • No soy más que un defeño que, por alguna razón maléfica y mística, se siente orgulloso de serlo. Quizá sea porque he vivido aquí toda mi corta vida. Sin saber cómo, poco a poco empezó a despertar en mí un gran interés por la política, la cultura, la literatura y por último, pero no menos importante, el metal.
Mi profile